Esta mañana me he fijado en una escuela infantil por la que paso muy a menudo. Tiene ya muchos años y antes era la guardería del barrio. Ahora, y con los nuevos tiempos, ha cambiado su nombre y se llama escuela infantil para niños de 0 a 3 años. Mejor sería que se llamará escuela infantil para menores de 3 años, pero la otra denominación es la políticamente correcta y la que usan todas las autoridades académicas y los “expertos”.
Los padres y niños que van a ella, y los abuelos que llevaron en su día a esos padres la llaman la “guarde” y ya está. No hay mayor problema.
Es curioso observar en su puerta los avisos a los padres para darnos idea de cómo ha evolucionado, el proceso de aprendizaje y sociabilización de los niños más pequeños. El otro día leí que pedían una serie de fotos de los peques (así, no las peques y los peques; ¡bien por esa escuela!) para el desarrollo del módulo de, algo así, como la “cápsula familiar”.
Pues bien, ayer tenía en la entrada un letrero suficientemente legible, por tamaño, que ponía “Happy Halloween”.
Once upon a time, debería continuar yo para ser concordante con ese letrero. Pues sí, erase una vez en nuestro país que en estas fechas celebrábamos la fiesta de Todos los Santos, y era tradición en muchos lugares ir a asar castañas al campo, lo que en algunas zonas se denomina magüestu o magosta.
Se recordaba a nuestros difuntos y los creyentes rezaban por ellos y acudían a la misa del día 1 de noviembre, Todos los Santos, día de precepto en la Iglesia Católica. E incluso, muchos participaban en las ceremonias religiosas del 2 de noviembre, Día de los Difuntos en lo que era la religión mayoritaria de los españoles, para interceder por las almas de los que se suponía pudieran estar en el purgatorio.
Ahora, sin embargo y mediante costumbres importadas, pero que no son las celtas originales, se ha convertido en una fiesta para el consumo y en los grandes almacenes se disponen departamentos específicos para la venta de toda la parafernalia que lleva asociada, y por supuesto ajena a nuestra cultura. ¿Levantará la caída del consumo que ha alcanzado un 2,8% en septiembre?
De todas formas, no está absolutamente claro su futuro en nuestro país, al menos para su celebración por parte de la población infantil ¿Cumplirá las normas sobre juegos no sexistas tomadas ayer en consideración por el Congreso de los Diputados y la Ley de Igualdad? No sé; como en algunas partes de Sudamérica se la conoce como la fiesta de las brujas.
Pemeches Juspi
juspipemeches@gmail.com
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