jueves, 24 de marzo de 2011

La parvedad de materia y los EREs andaluces irregulares

A propósito del caso de los EREs irregulares en Andalucía me han venido a la memoria mis años de Bachillerato, en pleno franquismo, y en torno a la época de las concentraciones multitudinarias en lo que hoy es AZCA en el paseo de la Castellana de Madrid organizadas por el padre Peyton para promocionar el rezo del rosario en familia. Es muy probable que muchos o casi todos de los lectores del blog no lo vivieran, y si hago referencia es únicamente por centrar la época y el entorno sociológico de la misma.

En ese entorno estudiaba bachillerato en un colegio religioso del que, por cierto, no he renegado y donde adquirí una sólida formación intelectual al mismo tiempo que intentaban grabarnos casi a sangre la moral católica de la época. Y digo lo de casi a sangre porque una tarde en clase de religión –La Moral Católica era la materia a estudiar a lo largo del curso, mientras que al siguiente la asignatura se denominaba El Dogma Católico- un compañero, después de las explicaciones del profesor, dijo algo así como: “pues si es tan grave pensar en hacerlo que hacerlo, prefiero hacerlo que me lo pasaré mejor”. El pobre chaval se llevó una tremenda bofetada, como era lo esperable en esos tiempos.

Después de esta explicación, y con independencia de que Vds. hayan vivido o no esa época, creo que todos tienen claro que el tema al que el compañero había hecho el comentario se refería a cuestiones de sexo. Era doctrina entonces, y en el colegio caía siempre en los exámenes, que en cuestiones de materia sexual no cabía la parvedad de materia, es decir que no podía admitirse la gradación de la gravedad del pecado. De ahí la pregunta del pobre chaval, que por hacer una gracia casi se lleva una rotura timpánica.

Era una doctrina proveniente de un decreto de la Inquisición de 1666, pero parece que basado en el decreto “De materia non levi” del jesuita Aquaviva en 1612 prohibiendo a los miembros de la Compañía de Jesús defender la parvedad de materia en temas sexuales. Hay alguna teoría al respecto que dice que como el santo oficio estaba dominado por los dominicos y los confesores reales solían ser jesuitas y en tal materia los reyes tenían tendencia a una importante laxitud, había que intentar que los confesores no permitieran “condescendencias” porque la inquisición no lo admitía y quería llevar a la hoguera a los hijos de San Ignacio por considerarles “laxos” en materia sexual. Y Aquaviva, con tal decreto, pretendía salvaguardar la vida de los jesuitas.

¿Y que tiene esto que ver con los EREs irregulares en Andalucía? Desde luego con materia sexual, nada. Espero, porque tuve una jefa, ya fallecida, que decía que en todos los asuntos turbios había o sexo o dinero y, muy frecuentemente, las dos cosas. Pero parece que el caso de las jubilaciones falsas todo es golfería económica. Lo que si tiene que ver es con la parvedad de materia.

Dice Griñán que los casos de los que tiene conocimiento la Junta de Andalucía están lejos de los que denuncia el Partido Popular y los medios de comunicación. Vamos que sí, pero que tampoco es para tanto, y que, por consecuente la gravedad es menor. Es decir ellos si admiten la parvedad de materia en este tema. Que 9,5 millones no son nada, solo pura calderilla, y que el PP se inventa que el fraude haya alcanzado los 700 millones.

No tardarán en decir que como el mecanismo de fraude denunciado no estaba expresamente prohibido por ninguna ley o norma se podía entender que estaba permitido. Como seguramente muchos de Vds. conocen hay una eterna discusión entre los administrativistas, sobre si lo permitido es lo que no está expresamente prohibido o lo que está fehacientemente autorizado. Desde la época de Felipe González el Partido Socialista ha sido partidario, por lo general, de lo primero.

De todas formas Griñán tuvo que estudiar esas mismas materias que aprendí en el colegio y es posible que recuerde que en el caso del séptimo mandamiento (“no hurtarás”) sí existía la parvedad de materia, pero me he puesto a repasar la casuística y creo que no, que lo de los EREs no puede incluirse en ninguno de los supuestos contemplados en la doctrina de la iglesia.

En cualquier caso supongo que los lectores habituales se percatarán perfectamente del sentido irónico del párrafo anterior. No se trata de un tema de la moral católica que solo afecta a los creyentes, se trata de un fraude a la ciudadanía llevado a cabo por responsables políticos y tan grave es con mil como un millón de euros y la responsabilidad jurídica tendrá graduación pero la política ni puede ni debe tenerla. Y espero que alguien la asuma.

Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

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