viernes, 4 de marzo de 2011

Por el PSOE y por España

Cada vez está más claro que el gobierno está padeciendo algo parecido a la lucha de un náufrago cuando entra en tempestad de movimientos al intentar rescatarle e impedir su ahogamiento, aunque en este caso no parece que nadie le intente rescatar forzadamente. O ¿ lo que vemos en la actuación de Zapatero y alguno de sus ministros estos días es algo más bien parecido a estertores preagónicos, intentando coger aire desesperadamente?

Porque Sebastián sigue alumbrando ideas nuevas de ahorro energético, pero ni a él ni a nadie del gobierno se les ocurre llamar a la oposición y empezar a trabajar en la elaboración de una política energética nacional para el próximo cuarto de siglo. Espero que no sea porque los que actúan de rescatadores del Gobierno –desde la orilla, todo sea dicho- no acepten que lleve el nombre de nacional. Pues que le busquen otro nombre, porque la situación ya no permite dilatar más el asunto. Por cierto, no sabemos exactamente cuáles son nuestras reservas energéticas, pero el nuevo alumbramiento del desertor de Cibeles –antes Casa de la Villa- de instalar calderas de biomasa en edificios públicos, empieza a oler a escasez actual de reservas, porque estas cosas hay que enmarcarlas en un plan general. No hace mucho se impulsaba, y desde los servicios centrales de algún organismo de la administración pública se instaba, a la sustitución de las calderas por otras de gas natural.

Y que no salga ahora Zapatero o Rubalcaba o cualquiera de sus comunicadores a decir que es que la oposición no está dispuesta a arrimar el hombro y que lo único que hace es plegarse al “lobby” nuclear. Ya hace unos día leí en la red la convocatoria de un acto de FAES –el “think tank” del Partido Popular- para la semana próxima donde se presentará un informe sobre propuestas de una estrategia energética nacional. Habrá que estar atentos a las reseñas sobre el evento, pero parece que, de entrada, algo hay elaborado por parte del principal partido de la oposición.

Como decía antes es posible que alguna de las ideas de Sebastián estén bien pensadas, y por encima de todo es imperioso que ahorremos energía y que incrementemos la eficiencia en los edificios de las administraciones públicas. Por cierto, el plan de austeridad de las administraciones públicas del gobierno de Aznar que se publicó en el BOE del 23 de junio de 1997 ya contemplaba cambiar las luminarias por otras de bajo consumo, amén de otras múltiples cosas para ahorrar. ¿Por qué no se ha aplicado en estos últimos años? Tal vez porque éramos ricos. Pero aunque esas ideas del ministro de Industria sean incluso acertadas parece que surgen desde una reunión de “brainstorming” y que se lanzan según brotan sin haberlas ponderado antes. Y lo que es peor, sin enmarcarlas en un contexto general. Aisladas tienen el valor de inducir al enfado de los ciudadanos cuando no a la franca hilaridad.

Sebastián ya no es el responsable de un gabinete de estudios como ocurrió en el BBVA hasta que prescindieron de él. Es el responsable de la política energética del Gobierno de España y las cosas que se le ocurran deban estar enmarcadas en sus competencias. Por ejemplo, lo del vehículo eléctrico que pueda circular por carriles bus y no pagar aparcamientos está muy bien y de hecho así está contemplado –lo del aparcamiento así como la exención del impuesto de circulación- por el Ayuntamiento de Madrid. Pero hay dos pequeños problemas, no hay ciudad con más de una docena de coches eléctricos y, aunque el parque fuera mayoritario, las competencias para establecer esas medidas pertenece a los ayuntamientos. Algo similar con los carriles BUS-VAO, la competencia o es del Ministerio de Fomento, o de las Comunidades Autónomas o de los Ayuntamiento; no del Ministerio de Industria.

En lo que respecta al plan renove de neumáticos espero que se haga con neumáticos que ya necesiten cambiarse por razones legales y de seguridad y que se advierta a los potenciales compradores que los neumáticos de bajo consumos (muy pocas décimas de litro a alta velocidad) duran menos que los convencionales, porque son más blandos y porque el estado del firme de muchas de nuestras carreteras deja bastante que desear.

El gran problema es que este tipo de cosas no debe sorprendernos viendo la actuación de Zapatero en los últimos días. Como tiene la casa propia en perfecto orden y todo marcha a la perfección ahora va a dedicarse a liderar la democratización de los países árabes. Supongo que también en las monarquías del Golfo y que este es realmente un trabajo que le ha pedido su amigo Obama, y de paso también Sarkozy le ha solicitado que se encargue de llevar por el camino democrático a nuestro vecino del sur.

Aunque a lo mejor no todo es negativo en la actitud del leones. Parece deducirse de sus palabras en Túnez que ha meditado sobre la labor que llevó a cabo su abuelo y como recuperada la democracia él ha podido disfrutar de la misma, llegando incluso a presidente del Gobierno. ¿Se habrá dado cuenta de las ventajas que tuvo para la convivencia la Transición? ¿O esto forma parte de una de sus características principales, decir lo mismo y lo contrario y vuelta a lo anterior según convenga en cada instante? Si su abuelo viviera y además hubiera podido contemplar la fotografía de Zapatero con el presidente tunecino sentados en un diván, seguro que se preocuparía intensamente.

En todo caso los españoles no nos merecemos una política exterior como la que lleva a cabo -despreciando las opiniones de los expertos en la materia del palacio de Santa Cruz- el presidente Zapatero. Más bien como la que ha llevado a cabo desde el principio de su mandato; ya no pintamos nada en el mundo. El editorial de "El País" de anteayer es demoledor al respecto, así como la opinión de un hombre sensato y buena persona como el alcalde de Las Palmas, el ex ministro Jerónimo Saavedra, de que no debe volver a presentarse. Por su salud, por el bien del PSOE y por España que convoque elecciones en cuanto pase el 22 de mayo.

Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

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