Hace unos días acudí a un gran hospital y al pasar por una consulta vi en la puerta, pegado con celo, un folio arrugado –vamos mejorando porque ahora se escribe a ordenador y antes se hacía con rotulador y mala letra- anunciando que por la implantación de la historia clínica electrónica la duración de las consultas en las próximas semanas se iba a prolongar y, por ,tanto el tiempo de espera de los pacientes citados aumentaría. Por supuesto ni una palabra de disculpa ni nada similar y la hoja sin membrete ni indicación de servicio o del autor de la misma.
Este aviso y las continuas y cada vez más frecuentes noticias en medios de comunicación, fundamentalmente locales y profesionales, me indujeron a reflexionar sobre la informatización del proceso de atención médica. No pude menos que sonreír cuando recordé que hace unos veinticinco años se comunicó que cada hospital iba a tener un (sí, una unidad) ordenador. Ya lo creo que lo tuvieron y generalmente, en hospitales pequeños, se encargó a la costurera que hiciera una funda para que no cogiera polvo y nunca más se supo de aquel ordenador.
De vez en cuando el encargado de suministros metía un programa en Basic o Turbo Basic que le había regalado un proveedor y vuelta a taparlo, por si llegaba la inspección de servicios y recordaba amenazante que la informática en los hospitales estaba prohibida, a pesar de ese ordenador concedido por el Ministerio de Sanidad. La inspección era de la Seguridad Social, conviene aclararlo. No, no es broma; llegué a ver llorar a la responsable de una farmacia hospitalaria porque el inspector de turno le amenazó, por escrito, con un expediente disciplinario por presunta falta muy grave que podía llevar aparejada la separación definitiva del servicio, por usar un ordenador. “Regalo” de un laboratorio, por supuesto.
La nómina si estaba informatizada pero se hacían todas en la gerencia de informática de la Seguridad Social, radicada en Madrid. A los pocos años el extinto Insalud anunció a bombo y platillo el Plan DIAS (Dotación Informática para la Asistencia Sanitaria) que fue implantado progresivamente, y a retazos, en casi todos los hospitales pero que a lo que más llegó, aparte de la gestión administrativa de nóminas y suministros fue a la gestión de pacientes, nunca a la atención clínica.
A continuación y como los médicos suelen ser bastante sensibles a las innovaciones y la industria lo sabe, empezaron a entrar ordenadores en casi todos los hospitales sin ningún criterio homogéneo y dotados de múltiples programas incompatibles entre sí. De tal manera, por poner un ejemplo sencillo, que el programa de bioquímica era incompatible muchas veces con el de hematología y, ni que decir tiene, con el de microbiología. Podían llegar a manos del médico unos resultados en impresora y otros manuscritos con la misma fecha y del mismo paciente que había sido sometido a una sola extracción sanguínea.
Posteriormente, ya en la época de Núñez Feijóo como presidente del instituto se procedió a renovar la informatización y a comenzar la implantación de la misma en la atención directa al paciente, habiéndose desarrollado de manera prioritaria en Atención Primaria. Una vez producido el hecho transferencial todas las Comunidades Autónomas se han lanzado a una carrera por ser la que más informatizada tenga la atención sanitaria con el mejor programa y los mejores ordenadores y las consultoras más prestigiosas (y caras) para implantarlo.
Sin embargo ese desarrollo se ha llevado a cabo en una gran parte de los casos adaptando programas desarrollados por informáticos –y con frecuencia en otros países- pero con poco asesoramiento del usuario final y de sus necesidades. Se han hecho múltiples aplicaciones, se han presentado a los políticos de turno unos “pantallazos” muy ilustrativos y se ha vendido el hecho como un estreno mundial de película en seis dimensiones.
Incluso algún máximo responsable político ha dicho que todo el mundo en su Comunidad Autónoma dispone de historia electrónica y que en cualquier sitio donde se le atienda con solo leer la tarjeta sanitaria el médico tiene todos sus datos le hayan estado viendo ahí o en otro sitio. Falso de toda falsedad. Será así en su día, pero por ahora es tan falso como que hay hospitales donde no se dan citas horarias en la consulta y, por supuesto, se escribe todo a mano en un folio que, en ocasiones, trae y lleva el propio paciente.
Se implanta una aplicación nueva y se anuncia que va a facilitar enormemente el trabajo al médico y a la enfermería, que el paciente va a poder desplazarse a cualquier parte sin problemas porque todo su historial clínico está a disposición del que vaya a atenderle, que las radiografías, análisis, resonancias, etc. etc. ya irán solo por la red y se verán en la pantalla de la consulta del médico. Todavía no he leído ninguna información que exprese las toneladas de CO2 que se ahorra con esto, pero sin duda es porque no tengo tiempo –ni ganas- de leérmelo todo.
El día del estreno la aplicación se cae continuamente, no imprime las recetas, cita en el mismo día una colonoscopia y una urografía al mismo paciente pero es imposible que primero se cite la urografía (la c es anterior a la u en el alfabeto) y cualquier cosa inimaginable. Tiene que salir la autoridad competente a decir que no, que todo es problema de la necesaria adaptación y de la resistencia al cambio, que solo se han retrasado cinco pacientes que además no tenían nada importante que los médicos son especiales y que solo les interesa el programita que hicieron ellos mismos y que tiene diez años y se niegan a adoptar el corporativo. ¿A qué les suena? Lo de que los médicos son especiales no, porque eso solo se dice de puertas para dentro.
Por supuesto que no quiero decir con todo esto que no haya que informatizar. Todo lo contrario, lo que pasa es que hay que hacerlo pensando en los profesionales que van a usar las aplicaciones y en los pacientes a los que van dirigidas. Estos están antes que la informática
Este artículo solo pretende ser una aproximación al diagnóstico de situación, y en próximas entregas seguiré tocando este tema y comenzaré escribiendo de algo tan importante y tan desconocido a la vez que es la "electrónica de red". Si se pensara en ella y en la propia red muchos problemas que está ocasionando la informatización del proceso de atención médica no tendrían que ocurrir.
Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com
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Es posible que existan todavía hospitales en los que la informática no se haya actualizado, pero es cierto que hay otros en que funciona a la perfección y ha proporcionado notables ventajas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Hombredeapie. No es que sea posible es absolutamente seguro. Tan seguro como es totalmente cierto que en otros funciona a la perfección como muy bien señalas, incluso hay uno en que hace algunos años me "dejé la piel" reasignando presupuestos para que pudiera ser así. Ventajas muchísimas, pero hay que informatizar contando con los profesionales, con hardware suficiente y pensando en los médicos y enfermeras usuarios y en las necesidades del paciente. Seguiré escribiendo sobre ete tema.
ResponderEliminarSiempre debe ser primero el paciente,mas la informatiaciòn bien conducida no tiene porque presentarse como contraria al paciente,todo lo contrario
ResponderEliminarGracias Comunicaciones C.H. San José por su comentario que resume perfectamente la que pretendía ser la filosofía del post. La informatización es imprescindible y debe ser integral pero como dicen Vds "bien conducida" y llevada a cabo según las necesidades del paciente y las del médico. No sé en Chile, pero en España muchas veces se piensa más en publicitar que se va a hacer y que todo se obtiene automáticamente y desgraciadamente no es así. Como se ha comentado por algún lector alguna vez en este mismo blog el paciente a veces sale de la consulta diciendo "ha mirado más a la pantalla que a mí mismo". Pero en todo caso soy un firme partidario de la informatización de los hospitales y en mi haber está haber trabajado mucho hace años para que fuera una realidad.
ResponderEliminarEn la era pre-RDSI efectivamente el INSALUD puso en marcha la informatización global de los hospitales, a la par que el FAX en cada Dirección. Previamente en FUNDESCO se realizaron Seminarios, "think tank", y planes piloto sobre informática médica. En el modelo básico el PLAN día consideraba el hospital como un multicentro, donde se diferenciaba la infraestuctura (homogeneo) de los los diferentes Servicios tendrían un desarrollo heterogéneo según cada hospital. Esto se describe bien en "INSALUD. Directrices, normas y objetivos del Plan de Dotación Informática de las Áreas Sanitarias (Hospitales). Madrid" (Asesoría para la Innovación Tecnológica), INSALUD 1988; estaba inmerso en el plan de universalización de la Asistencia Sanitaria y por tanto estaba coordinado con los, por entonces, inicios de la Documentación Clínica (servicios/profesionales aun por formar entonces) y de Informatica (servicos que se formaban) tal como se recoge en INSALUD. Plan de Garantía de Calidad Total en Atención Sanitaria. Programa Marco 1ª Fase (1986-1990). Madrid: INSALUD, 1989. A la par se conformá la Cita Previa y la atención urgente con el "Telefono 061" y la "Tarjeta de Identificación Sanitaria". Desgraciadamente al igual que gobiernos sucesivos vendieron su propia Tarjeta Sanitaria y se perdio la oportunidad del epidemiologico CMDB, aparecieron listos mas listos y cada autonomía nop se hizo autónoma sino ácrata. Es lo que tenemos hoy un desbarajuste de Estado, y como consecuencia un parón epidemiológico penoso. Lo grave es que como usted postula esto ocurrió en 1988. !!Cuanto tiempo perdido¡¡ por cierto por aquel entonces las nominas de todos los médicos del INSALUD se realizaban en los sótanos del edificio de Alcala 56, y dependían de una única firma comercial.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario. No solo lo grave es el tiempo perdido y que cada comunidad autónoma sea ácrata, sino que en los 5 años transcurridos desde la publicación de este post todo sigue igual sino peor. Conozco a varios compañeros que salen de trabajar después de las 19 horas (su horario es de 8 a 15) por los problemas ocasionados por la historia clínica electrónica, o que haya que solicitar a los responsables de informática que suban a la red imágenes de exploraciones anteriores de un paciente porque no pueden estar disponibles ya que se colapsarla la red.
ResponderEliminarEfectivamente, tiene usted razón, las nóminas se realizaban en Alcalá 56 y luego se enviaban los listados a los centros. Me falló la memoria en el post.
Un saludo