lunes, 11 de abril de 2011

Comienzan las encuestas

Nos encontramos a poco más de un mes para entrar en el periodo preelectoral en el que no pueden publicarse sondeos y empezamos a conocer los primeros  y, hasta llegar a ese momento, todos los medios de comunicación pondrán a disposición de la ciudadanía distintas encuestas. Además de las que no se hacen públicas y que, con periodicidad casi diaria, se ponen en la mesa de los líderes de los partidos políticos, sobre todo de los grandes. Son estas posiblemente las más fiables porque son encargadas para conocer la realidad de la intención de voto y poder modificar, si es necesario y hay tiempo, el discurso de promesas e intenciones si se alcanza el gobierno que está en juego.

Por supuesto que las de los medios están elaboradas por empresas demoscópicas serias y solventes, no hay que ponerlo en duda, pero tampoco debemos olvidar la polarización de los grandes medios de comunicación en nuestro país. Y la tendencia de algunos directores de los mismos a intentar enviar mensajes a los líderes y, de alguna manera, reconducirles a sus intereses. Cuando no a agradecer los favores recibidos.

Y luego todavía quedan, el día de la votación, los sondeos a la puerta de los colegios electorales, las denominadas “israelitas”, cuya aproximación a los resultados definitivos ha ido alejándose con el transcurso de los años. Recuerden que la primera vez que se utilizaron en España fue el 28 de octubre de 1982, en las elecciones en las que Felipe González alcanzó el gobierno por primera vez y cuyos resultados prácticamente “clavaron” los definitivos. Pero transcurridos los años muchos de los encuestados no responden con sinceridad, se han devaluado bastante y cada vez son menos las que se hacen, en parte también por su elevado coste.

Ayer se publicó una encuesta en la que la ventaja en las elecciones generales del Partido Popular sobre el PSOE cae casi diez puntos con respecto a la máxima diferencia existente en los últimos tiempos. Está realizada inmediatamente a la renuncia de Zapatero a ser candidato y sus autores interpretan que se debe al rechazo al presidente experimentado por los votantes socialistas ante las renuncias a los principios de izquierda en el ámbito económico.

Todo ello es mucho suponer y me gustaría saber que parte de la “cocina” de la encuesta corresponde a “castigar” a Rajoy por su ausencia en la manifestación contra la participación del entorno de ETA en las elecciones municipales del 22 de mayo. A mí la caída a la mitad en la intención de voto solo porque Zapatero anuncie que no va a ser candidato me parece demasiada, sin conocer cuáles han sido los elementos de elaboración de la encuesta a partir del resultado en bruto.

Ahora bien, el Partido Popular no puede quedarse esperando tranquilamente la caída del maná por mucho que así lo aconseje Arriola. Sin duda es uno de los mayores expertos, españoles, sino el mayor, en estudios sociológicos pero los resultados en los últimos años no han sido los deseados para Rajoy. Que por otra parte se fía ciegamente del marido de Celia Villalobos. A Aznar le fue muy bien con sus consejos pero Rajoy no es Aznar y las estrategias creo que deben ser adaptadas a cada candidato. No sé cuál fue el papel del gurú electoral de los populares en la gestión de las horas previas a las elecciones contaminadas por el 11-M, aunque cuando Rajoy acudió a los hospitales a visitar a los heridos del atentado era Arriola el que le acompañaba en el coche oficial.

El Partido Socialista tiene un suelo electoral muy sólido y una importantísima capacidad de supervivencia. ¿Qué será de tantos que dependen del mismo en Castilla La Mancha y Extremadura, sin nombrar a Andalucía porque ahora no toca? No, no se van a resignar y todavía quedan muchas semanas para el 22 de mayo y no digamos para las generales.

España necesita un cambio porque el responsable de todo lo que estamos pasando es Zapatero por su irresponsabilidad e incompetencia, pero todos los que ahora le han forzado a “semiabandonar” hasta hace muy poco le llevaban en andas. Eso es lo que no debemos olvidar, pero al mismo tiempo tenemos que exigir a Rajoy una movilización sin precedentes y sin caer ninguno de los que están en su equipo en tentaciones demagógicas. Algunas ya he oído.

Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

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