martes, 5 de abril de 2011

¿Perseverará o cambiará?

Desde el pasado fin de semana tenemos una situación nueva y muy problemática para nuestro país. Zapatero está ya amortizado para el Partido Socialista por mucho que diga Marcelino Iglesias –el que anunció que no habría anuncio alguno en el Comité Federal del sábado- que es presente y futuro en el partido, mientras que los militantes del PSOE aclaman a tres presidentes distintos el mismo día.

Ya comenté ayer que el presidente del gobierno lo ha hecho mal y temo que su decisión a medias va a pasarnos factura. Ayer en la bolsa el IBEX 35 estuvo prácticamente plano mientras que el Euribor subió un 0,40% consolidándose por encima del 2%. Y, mientras, esperando la decisión del Banco Central Europeo sobre la subida de tipos el próximo jueves y temiendo los resultados de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre. Habrá que ver como la interpretan los sindicatos y que van a decir sobre la misma el primero de mayo, con los resultados todavía calientes. Tal vez les vendrá bien para defenderse, atacando al gobierno, sobre las noticias de la “mordida” del 1% en los EREs irregulares andaluces.

Considero que la decisión de Zapatero de anunciar su renuncia a ser candidato a las elecciones generales y agotar la legislatura como presidente puede interrumpir la recuperación macroeconómica  (no la de los ciudadanos) que estamos empezando a vislumbrar, fundamentalmente en cuanto a la deuda soberana. No me extrañaría nada que los mercados empezaran a intentar obtener ventajas en forma de rentabilidad como, sin duda, van a hacer los nacionalistas con los presupuestos de 2012. Por mucho que digan los socialistas la situación no es similar a la de Aznar, porque la posición de España en el contexto político y económico mundial era radicalmente distinta y nada hacía presagiar la derrota electoral del Partido Popular. Y, además, Zapatero intentará sacar adelante unos presupuestos para dejar hipotecado al nuevo gobierno, cuando lo lógico –y máxime con la casi segura derrota del PSOE- sería que se prolongaran los de 2011, para que el nuevo ejecutivo pudiera presentar los suyos

El “dedazo” no es bueno y el PSOE tuvo ya su ración con Almunia, pero lo de las primarias va a distorsionar de manera importante la acción de gobierno, y me preocupa mucho que los dos candidatos, por ahora, a competir en ellas sean los responsables de Interior y de Defensa. Justamente tenemos dos temas calientes en ambos departamentos, en uno la ilegalización de Sortu junto con las actas de la negociación con ETA y el “chivatazo” y en el otro la guerra de Libia (por no nombrar Afganistán y Líbano y la operación Atalanta) más la vicepresidencia del gobierno que asume el ministro del Interior.

¿Va a pasar lo mismo que cuando Trinidad Jiménez decía en una entrevista en la Cadena Ser en plenas primarias con Tomás Gómez: “Estoy concentrada pensando en el día 3 de octubre que es lo que me importa. Llegar a los militantes socialistas madrileños. Lo que me importa es el voto” “Quiero defender los intereses generales en primer lugar de mi partido y en segundo lugar de la ciudadanía de Madrid”? ¿O se dedicarán prioritariamente a sus tareas de gobierno? Mucho me temo que su prioridad serán las primarias y que seguiremos asistiendo a videoconferencias con los mandos militares en el extranjero, cosa por otra parte, que salvo para felicitar las navidades, no debería hacerse nunca y mucho menos en escenarios bélicos.

Al fin y al cabo tienen el ejemplo de Zapatero que ha antepuesto los intereses del PSOE y los suyos a los de España. Bien es verdad que, por mucho que ahora actúen farisaicamente, las personas con influencia en el partido le han empujado a irse y no hay más que ver el silencio sepulcral que acompañó a su anuncio.

Mucho me temo que a pesar de lo que ha dicho Zapatero no va a gobernar por España sino para el PSOE y, además, va a estar muy ocupado en el proceso de “arbitraje” de las primarias. Me cuesta mucho creer que vaya a tomar las decisiones, muy duras, que se precisan para remontar la crisis. Es posible que a él, ya situado por encima del bien y del mal, hasta le pida el cuerpo tomarlas por aquello de que la historia le juzgue benevolentemente dentro de un tiempo. Pero no le va a dejar el candidato, porque las decisiones impopulares restan votos por más que se vendan como de ZP y no del PSOE.

Es más, en algunos programas radiofónicos ya ha empezado a enviarse el mensaje, por parte de tertulianos del PSOE, que la crisis es un problema mundial y que la derecha cuando ha llegado al poder en Cataluña no ha recuperado empleo y está recortando el estado del bienestar. Y que si gobierna el PP, que por otra parte no tiene programa conocido, tampoco va a hacer nada salvo recortes sociales. Exactamente el mismo discurso que en 1996.

En todo caso hay que esperar al 23 de mayo y ver si se produce la debacle para el PSOE que pronostican las encuestas. Si eso es así habrá que estar muy atentos a las señales que emita Zapatero sobre perseverancia en sus intenciones de agotar la legislatura o si cambia de idea –lo habitual en él- y convoca elecciones generales para el otoño.



Pemeches Juspi
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