miércoles, 16 de febrero de 2011

El que no se esfuerce que pague

Recientemente algunos políticos han abierto el debate sobre el importe de las tasas universitarias y la justificación o no de la asunción por las Administraciones Publicas de una parte considerable de las mismas, tal como sucede en la actualidad.

Tenemos en España unas cincuenta universidades públicas y veintisiete privadas. No hay Comunidad Autónoma por pequeña que sea que no disponga de su propia Universidad, y no es extraño que muchas se adjudiquen el logo de campus de excelencia internacional. El localismo y nuestro Estado Autonómico han conducido a una pléyade de universidades sin disponer muchas de ellas de una masa crítica de alumnos, por lo que la figura de las aulas vacías ya no se aplica en función del absentismo sino por ausencia de demanda. Es más, en algunos casos se justificó la apertura de nuevas universidades por el fenómeno, en franco retroceso por causa de la crisis, de la inmigración.

En nuestro país se ha fomentado mucho la enseñanza universitaria en función del prestigio que otorgaba a los políticos el crear o autorizar nuevas universidades o facultades y a los estudiantes de disponer de un título superior. Se han ofertado nuevas titulaciones sin una suficiente planificación de las necesidades del mercado laboral para dar salida a las mismas y se ha descuidado de manera importante la formación profesional. Así resulta que somos capaces de diseñar el sistema de control aéreo alemán, pero no disponemos de personal técnico suficientemente cualificado para solucionar por ejemplo una avería en una caldera de calefacción. Por ello Angela Merkel quiere reclutar jóvenes universitarios españoles porque se ahorra la formación, que es lo más caro y no dice nada de contratar a titulados no universitarios, porque nuestra formación profesional no es competitiva.

Por otra parte las universidades gozan de autonomía y muchas se han dedicado a manejar muy alegremente el dinero público de que disponen. Algunas se han convertido en promotoras inmobiliarias e incluso una en promotora y propietaria de instalaciones aeroportuarias. Hace años, en una encuesta realizada a profesores universitarios en una escuela de negocios, ante una pregunta sobre cual creían que era la razón de ser de la universidad la respuesta mayoritaria fue que la investigación. Lo de la enseñanza era algo menos importante. Si el cuestionario hubiera estado planteado con un poco más de mala idea seguro que antes que la enseñanza y posiblemente que la investigación, la contestación ganadora pudiera haber sido la de proporcionar un trabajo para toda la vida. Conociendo la endogamia y la oferta docente que ofrecen muchas universidades no hubiera extrañado para nada esa respuesta. En todas estas cosas que apunto y en alguna más está la cruda realidad de que aunque anunciemos muchos campus como de excelencia, ninguna universidad española está entre las 100 mejores del mundo. Casi siempre cantidad no está relacionada con calidad.

No, no exagero, suele haber bastante confusión. En una ocasión un decano de una Facultad de Medicina conveniada con el hospital donde trabajaba me dijo que había que exigir al Insalud que los hospitales universitarios no tuvieran que cumplir objetivos asistenciales porque lo importante era la docencia y la investigación. Al menos antepuso la docencia, y al preguntarle que si había pensado que iban a decir los ciudadanos que tuvieran que esperar meses para ser atendidos, me contestó que nada, que estarían orgullosos de ser operados en un hospital que realmente era universitario. Han pasado varios años y sigo sin reponerme de mi asombro.

Ahora con la crisis todas esas alegrías de creación de universidades y titulaciones van a ser difíciles de mantener y, con independencia de que habrá que reordenar la oferta docente reduciendo aquellas donde no haya masa crítica suficiente de alumnos, es necesario tomar medidas urgentes en el ámbito presupuestario. Algunas ya se están tomando, como el reducir la oferta de plazas de profesorado

Por eso aquellas Comunidades Autónomas que advierten de la posibilidad de que estudiantes repetidores abonen el coste real de la enseñanza me parece que van en la dirección acertada. Eso sí, siempre que no sea un brindis al sol o una advertencia para que Zapatero autorice a emitir más deuda. Si a los alumnos becarios se les exige, por lo general, un expediente superior a la media y su mantenimiento a lo largo de todo su ciclo académico no solo es necesario, sino que es de justicia, que los que no aprovechan las oportunidades que entre todos les estamos brindando paguen los costes reales de la matrícula. Por supuesto que esto debería enmarcarse en un análisis de la calidad de la enseñanza, porque puede darse el caso de que muchos suspensos sean frutos de malos docentes cuando no de algunos profesores enfermos de soberbia, aunque considero que son los menos.

Cuando se empieza a hablar de copago en sanidad no puede dejarse de lado el debate sobre las tasas universitarias y el aprovechamiento de los discentes. Sería tirarnos piedras contra nuestro propio futuro que por no tomar medidas en este tema se redujeran el número y la cuantía de las becas. Me niego a que con mis impuestos se subvencione a los que no se esfuerzan.

Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

6 comentarios:

  1. Reconozco que ignoro si la enseñanza universitaria tiene las competencias transferidas a las comunidades autónomas. Y también desconozco el grado de independencia económica y de gestión de las universidades. Pero, ya que el que ha soltado el "galgo" es Cataluña, digo yo que se podía aprovechar para aplicar en ese concepto, la inmensa cantidad de dinero que se ha llevado Millet y sus allegados con lo del Palau. Porque ya empezamos a estar hartos de que nos recorten los sueldos y las prestaciones sociales, para que el dinero se vaya por los montajes del Palau, el fondo de reptiles, fondos reservados sin control, ayuntamientos como el de Marbella, subvenciones a entornos terroristas, investigación de fraude fiscal, pero con personajes intocables, etc. Ya está bien.

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  2. Gracias Anónimo por tus comentarios.

    Realmente el "galgo" lo ha soltado Cataluña, pero la "liebre" fue Madrid en la cesión del antiguo mercado de Puerta de Toledo a la Universidad Carlos III.

    Lo que si creo es que lo de Madrid no iba en busca de otras prebendas y lo de Cataluña sí; a ver cual es la opinión de esta tarde de Zapatero. Ha explicado hoy en el Congreso que lo importante es tener los criterios que convengan en cada momento, cosa que ya sabíamos aunque muchos agradecemos su sinceridad. Así que no te extrañe que si es preciso dé más financiación con la excusa de que es para las Universidades Catalanas y así reponer lo del Palau, que casi se llevan hasta su maravillosa acústica.

    Estoy de acuerdo con lo que dices y cada vez le veo menos solución, además seguro que ahora estamos pagando a mediadores internacionales vista la seguridad de Rubalcaba de que esta vez va en serio.

    Con relación al principio de tu comentario te puedo decir que las Universidades tienen autonomía financiera y económica de acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica 6/2001 de Universidades. Si tienes interés en ver la Ley, en este enlace tienes el texto consolidado de la misma
    http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2001-24515
    Es el BOE de 24/12/2001 y pinchar en texto consolidado.
    Por cierto, en la Ley antepone la investigación a la docencia.

    Todas las universidades excepto la UNED y la Menéndez Pelayo están transferidas a las Comunidades Autónomas, sin perjuicio de que todas éstas tienen que adaptar su normativa a la Ley Orgánica 6/2001 de Universidades y sus posteriores modificaciones. Por ello te he aconsejado que si la lees lo hagas en su texto consolidado.

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  3. Anónimo: En la respuesta que te he escrito hace un rato se me olvidó incluir este enlace donde puedes encontrar un cuadro muy ilustrativo de la Universidad de Almería sobre distribución de competencias entre Estado, CC.AA. y Universidades.
    http://sorad.ual.es/mitra/documentos/informes/CUADRO_LOU2.pdf

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  4. Las universidades españolas con contadas excepciones de algunos departamentos bien dirigidos son el paradigma de la ineptitud funcionarial. Como bien dices, ninguna de ellas está en entre las 100 primeras y solo dos entre las 100 segundas. Que la misión de la universidad es fomentar la investigación y así ser crisol docente es la base del espíritu que las creó en tiempos medievales; una comunión de profesores y alumnos.
    En Gran Bretaña hay en la actualidad un interesante debate sobre la liberalización de tasas académicas que se van a triplicar hasta alcanzar en algunas facultades los 11.000 euros por curso. Oxford, como no, será una de ellas. Pero ya era la segunda universidad más prestigiosa del mundo sin esas tasas gracias a que sus criterios de calidad en la selección y docencia son muy exigentes: solo los mejores entran y solo los mejores enseñan. No caben los hogazanes ni los paniaguados, ni entre profesores ni entre estudiantes.
    El problema de hacer pagar a los repetidores habituales el valor real de los cursos hará que se adelante su incorporación a las listas del paro registrado, pero no mejorará la calidad de la enseñanza en España, que es deficitaria desde los institutos como demuestran los estudios comparativos internacionales, con unas tasas de fracaso escolar estremecedoras. No es lugar aquí analizar porqué es así.
    Bolonia no va a ayudar mucho, sencillamente porque la universidad española carece de los medios humanos y de la financiación necesaria para emular a los modelos anglosajones. Así que no me estrañaría que la escasa presencia de la universidad en el ámbito internacional quedara aún mas de manifiesto.
    En fin, como siempre los políticos han metido la zarpa y lejos de mejorar, presenciamos una mayor atomización, con mas facultades y menos calidad, todo sea por el voto cortoplacista.
    Para acabar de rizar el rizo, los licenciados que salen se ven abocados al desempleo o a las esclavitud funcional, véase el caso de las nuevas generaciones de arquitectos. A mí como es natural, me parece fantástico que estos jóvenes se animen a salir del país, amplien sus horizontes y dejen el provincialismo parroquial de nuestro egregios políticos, algunos de ellos analfabetos funcionales que para mayor escarnio, se dan casos en que ocupan puestos en áreas de cultura. Para terminar decir que en mi opinión el ejemplo del catedrático que señalas es desgraciadamente la regla y no la excepción. Para muchos, llegar al pináculo académico significa, por fin, dejar de dar clases.
    ¡Cómo duele este país!

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  5. Muchas gracias Cuchillero por tus comentarios. La verdad es que yo prefiero que aumenten las listas del paro registrado si eso sirviera para que otros estudiantes sin medios económicos suficentes pudieran acceder a becas. Ya en el tema de becas para que comentar las del programa Erasmus cuando muchos estudiantes van a paises donde no saben ni decir buenos días.
    Qué apostilla tan acertada la última que haces. Duele y creo que vamos a tardar mucho, si es que llegamos, a tener analgésico efectivo.

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