viernes, 7 de enero de 2011

La fascinación china

Ayer, día de ilusión máxima para tantos niños e incluso adultos estuve repasando las informaciones sobre la visita a nuestro país del vice primer ministro chino Li Keqiang. Y, ante todo, llama la atención la enorme fascinación con que su visita ha sido acogida por nuestro gobierno.

Los agasajos han llegado al máximo nivel y Li Keqiang y su numeroso séquito ha sido agasajado como si se tratara de un jefe de estado. Salvo por el recorrido en coche descubierto el recibimiento ha recordado a los que se hacían en el franquismo con sus escasos visitantes internacionales

Para cualquiera que viva en ciudades medianas y grandes la pujanza de la economía china en nuestro país no es ningún secreto. No hay barrio de grandes ciudades, como Madrid, donde no haya varias tiendas de alimentación con horario de apertura extendida regida por ciudadanos chinos, con conocimiento cada vez mayor de nuestro idioma. Incluso existe una leyenda urbana de que no se les cobra impuestos, basada en que las organizaciones que tienen detrás suele saber aprovechar las ayudas a emprendedores que suelen otorgar nuestras Comunidades Autónomas. Son comercios que tienen un éxito creciente porque suelen estar atendidos por amables dependientes y tienen productos básicos a precio asequible para resolver problemas puntuales, no para hacer la compra diaria salvo la del pan. Últimamente se está produciendo, al menos en Madrid, una apertura masiva de fruterías regidas por ciudadanos chinos. También tienen sus aspectos negativos, como la venta de alcohol y tabaco fuera de la normativa en bastantes ocasiones, con el consecuente “botellón” en sus inmediaciones.

Quiero con esto decir, que la penetración del capital chino en nuestro país ya es un fenómeno consolidado. Tanto que nuestras importaciones son siete veces mayores que lo que vendemos a China, por lo que resulta un poco llamativa el estilo “Bienvenido Mr. Marshall” con el que se ha desarrollado esta visita, ya que, hasta ahora, somos nosotros los que más aportamos a China.

Han prometido comprar deuda española, lo que está francamente bien, pero en cuanto a la firma de contratos, a pesar de la propaganda oficial – en esto nuestro gobierno es líder mundial-, su monto es más bien limitado y mucho menor de lo que han firmado recientemente otros gobiernos, como el francés. De los 5.600 millones solo son reales de esta visita 200, porque 5.400 proceden de la venta por parte de Repsol de activos brasileños a la petrolera china. Si es verdad que hay que reconocer que el gobierno esta vez no ha sido sectario –o está enfadado con Guillermo Fernández Vara por su “apuesta” por Zapatero- y los contratos de venta de jamón ibérico han ido para una empresa salmantina; espero, por el bien de esta empresa, que su contrato cubra con creces el coste del jamón que ha degustado la delegación china en esta visita.

Y en cuanto a la compra de deuda yo prefiero estar un poco expectante, no vaya a ser que al final sí seamos rescatados, pero no por la Unión Europea, sino por China. Capacidad económica para ello tiene, incluso para rescatar a Portugal y España juntas. Es mas, no hay que olvidar que posee una enorme cantidad de bonos del Tesoro norteamericano. También hay que reseñar que el IBEX, sobre todo los bancos, no han tenido todavía una reacción favorable con esta visita.

Supongo que la advertencia que ha hecho el Wall Street Journal  sobre que en esta visita  es más el ruido que las nueces se la acabarán echando en cara a Aznar, por aquello de ser un periódico del grupo Murdoch, pero creo que, aunque con un punto de vista posiblemente exagerado, hace de contrapunto a nuestro optimismo y propaganda gubernamental, que incluso ha eclipsado al resto de las fuerzas políticas. Aquí, todos unidos como aquellos de la película de Berlanga.

Y ahora, antes de volver a su país, Li Xeqiang puede presentarse ante Angela Merkel y venderla que le debe un favor, porque de salvar a España ya se encargarán ellos en caso necesario, y que se marque un detalle comprando en China con los euros que tenía previstos para el hipotético rescate de nuestro país.

¡Ah! y que de derechos humanos que se fije en Zapatero, que él siempre ha hecho bandera de tal asunto y que ahora se ha olvidado. Es más se ha tragado que va a animar a sus 1.300 millones de súbditos (no es un error, es la palabra adecuada) para que vengan de turismo a España. Aquí parece que nadie se ha percatado de que las condiciones para obtener visado que tienen que cumplir los ciudadanos chinos no han cambiado y nuestro ministro Sebastián ya se ha puesto a organizar las visitas; espero que esto no signifique más gasto público en oficinas de turismo y viajes de promoción por todo China.

Ha dicho también el ilustre visitante que le ha sorprendido la calidad de la medicina pública española. Pues que tome ejemplo y comience imitando a la Organización Nacional de Trasplantes y su transparencia en el proceso de donación y trasplante.

En fin, espero equivocarme de cabo a rabo y que todo salga tan bien como nos lo están vendiendo. Sería lo mejor que nos pudiera pasar para comenzar un año en el que tantas esperanzas tenemos depositada.

Pemeches Juspi
pemechesjupi@gmail.com

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