En principio, bien

Al final ha habido acuerdo entre los sindicatos y el gobierno para la reforma de las pensiones. Bueno realmente entre Zapatero y los sindicatos porque parece que ha sido él quien ha desbloqueado la negociación. Ha estado en su papel de presidente, ha sido responsable y no se ha achantado ante las dificultades que han puesto los líderes sindicales. Esta responsabilidad presidencial que debería hacer que todos nos felicitáramos me preocupa un poco.

Aparte de la cena como mandan los cánones en toda negociación sindical de alto nivel que se precie, ¿habrá sido únicamente el poder de convicción y seducción –el decían que tenía Felipe González- el que ha convencido a Toxo y a Méndez? Ya saben Vds. que he escrito alguna vez en este blog que la huelga general retardada que fracasó en septiembre estaba pactada, y alguno de los lectores así lo ha comentado también. Recuerden también que al poco de la huelga recibieron una inyección de más de ochocientos mil euros. Para formación, por supuesto. Por eso me pregunto qué les habrá ofrecido Zapatero, además de la rebaja de 41 años de cotización a 38,5. Dejémoslo aquí porque más pronto que tarde lo sabremos.

Lo que ha quedado absolutamente claro es que Zapatero quería, más bien necesitaba, presentarse ante Angela Merkel el próximo jueves con los deberes hechos y tal y como se le había exigido desde la UE, lo que implicaba aumentar la edad de jubilación y el periodo de cálculo de las pensiones. El gobierno y el propio presidente están eufóricos y casi seguro pensando que con el leonés o con quién sea, Rubalcaba posiblemente, le dan la vuelta a las encuestas y vuelven a gobernar. Ya he escrito en otra ocasión que Zapatero parecía estar deprimido y ahora es todo lo contrario, ¿será ciclotímico? espero y deseo que no por su bien personal y por el de España. De tal modo lo piensan que ya ha salido Zarrias a decir que Rajoy va a volver a perder por tercera vez y que supone que Esperanza Aguirre no permitirá que lo haga por cuarta vez.

En todo caso la reforma era imprescindible y nos habían obligado a ella y por eso el PP, que siempre ha discrepado del retraso de la edad de jubilación salvo que fuera voluntaria y flexible tal y como fomentaron con incentivos cuando gobernaban, ha manifestado que tiene una “predisposición favorable” a este acuerdo aunque necesitan conocer toda la letra. Ya he dicho más arriba que es necesario saber si se ha pagado algún peaje o no y si se va a abonar cuanto nos va a costar.

Luego queda desarrollarlo. Recientemente un lector ha comentado “...es que es muy irritante pensar que cuando tenga 65-66 años y me levante temprano para ir a trabajar, mis hijos veinteañeros o treintañeros, se quedarán en la cama, y cuando vuelva, les tendré que dar dinero para manutención y gastos...” Y tiene toda la razón del mundo, y además ahora ya está claro que le va a ocurrir, no solo porque va a retrasarse su edad de jubilación sino también porque sus hijos van a estar en paro, ya dijo Zapatero anteayer que no será fácil reducir el paro juvenil y que tiene carácter estructural. Por eso es necesario que inmediatamente se definan cuáles son las profesiones –no solo las de la construcción como se ha llegado a decir cuya penosidad deben excepcionar la norma general de los 67 años. Incluso algunas intelectuales deberían entrar en la excepción, al menos por voluntariedad de los interesados; p.ej, profesionales de la educación y de la sanidad. Espero que en el acuerdo final la posibilidad excepcionadora esté contemplada, así como los mecanismos necesarios para desarrollarla reglamentariamente.

Creo que en este tema del acuerdo de las pensiones sería bueno para la percepción de España en el exterior y en los mercados que, una vez conocidos todos los términos del acuerdo, los grupos políticos den una imagen de unidad como la que hace dos días han mostrado los demócratas y republicanos en los Estados Unidos llegando a sentarse juntos en el parlamento. Claro que allí tienen a Obama que por mucho que pretendan Leire Pajín y otros no tiene nada que ver con la capacidad de liderazgo de Zapatero.

Pemeches Juspi
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