jueves, 27 de enero de 2011

Sistema educativo y paro juvenil

Llevamos desde primeros de año hablando continuamente de pensiones, cajas de ahorro y deuda pública, privilegios de diputados y continuidad vs sucesión de Zapatero y muy poco, proporcionalmente, del principal motivo de preocupación de los españoles, el paro.

Estamos a pocos días de conocer la Encuesta de Población Activa correspondiente al cuarto trimestre del pasado año y con la expectativa de que los datos muestren si la leve tendencia a la recuperación –en términos porcentuales con respecto a las anteriores- apuntados en la del tercer trimestre se confirman o, como sospechan muchos, aquellos fueron debidos al empleo estacional veraniego.

Mientras tanto y con una tasa de desempleo juvenil del 43% Zapatero ha dicho ayer que no será fácil reducirlo y que tiene carácter estructural. En parte es cierto y ahora expondré mi opinión sobre alguna de las causas que lo generan. Lo que no es menos cierto es que cuando el PSOE llegó al gobierno en 2004, esa tasa era del 24%, y que con resignación, como le ha dicho Rajoy, no se soluciona el problema.

Se está tramitando el proyecto de Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación y lo que voy a expresar seguro que no está en concordancia con el espíritu de la futura ley aunque espero que no ocurra lo mismo con la letra. Una de las causas de nuestra insoportable tasa de paro juvenil es el sistema educativo en nuestro país. En la educación hay que discriminar por resultados y por talento, poniendo todos los medios necesarios para que los que tienen menos talento o presentan algún problema o dificultad puedan superarlo, pero no todos somos iguales como no todos son rubios o calvos. Es imprescindible que se pongan los medios precisos para que cada alumno desarrolle su talento al máximo, y luego hay que juzgar el aprovechamiento obtenido en función del talento poseído. Y si es preciso repetir curso se repite.

No es ajeno tampoco a nuestra tasa de paro juvenil la cultura instaurada en nuestra educación y jaleada por las “fuerzas progresistas” del buenismo y de la falta de esfuerzo, así como de que cada uno tiene que ir descubriendo los conocimientos. No es necesario saberse los afluentes del Ebro por la derecha y por la izquierda y recitarlos alternado los más próximos a la desembocadura por la izquierda con los más cercanos al nacimiento por la derecha de manera alternativa como tuvimos que hacer los de mi generación; pero de ahí a no saber dónde se encuentra el Ródano va un abismo. En dos palabras, hay que transmitir conocimientos además de enseñar a descubrirlos.

¿Es que ya no se acuerda Zapatero de lo de pasar de curso con cuatro suspensos? Pues la idea fue de su segunda ministra de Educación para hacer, entre otras cosas, la educación más atractiva, en palabras de la propia Mercedes Cabrera. Estas cosas impiden por si mismas el desarrollo de la cultura del esfuerzo, y en el ámbito laboral sin esfuerzo no hay trabajo salvo el dinero fácil que ha habido durante muchos años en el sector de la construcción, que tanto ha nutrido las listas del desempleo con jóvenes sin preparación y con muy difícil salida laboral.

Los resultados del informe PISA muestran que España está lejos de los países desarrollados y que Corea del Sur es la nación que mejores resultados ha obtenido, y según la OCDE es porque ha apostado por la excelencia y el desarrollo de las aptitudes de los estudiantes para afrontar los cambios que reclama un mercado de trabajo competitivo. Su tasa total de desempleo es de 3,7%, es decir no existe paro y el juvenil hace un año rondaba el 9%.

Tampoco se trata de dar más y mejor formación y más especializada, que también, sino de primar la cultura de la superación, del esfuerzo y de la competitividad bien entendida. Y por ahí tendríamos que empezar; al igual que en Sanidad es necesario un pacto de Estado sobre Educación que recoja estas cosas y muchas más como un diseño curricular homogéneo y libertad de elección de centro e idioma vehicular. Los títulos son necesarios pero esas actitudes que he reseñado son imprescindibles para acceder y permanecer en el ámbito laboral. Ya veremos qué requisitos plantea Merkel para la oferta genérica de puestos de trabajo que ha hecho. Conviene recordar que es lo que se exigía a nuestros compatriotas que emigraron en los sesenta, en muchas películas está caricaturizado y las caricaturas exageran pero no dejan de reflejar la realidad por dolorosa que sea.

Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario