Los ciudadanos no perdonan la mala gobernanza y avisan a Zapatero

Los ciudadanos no suelen equivocarse cuando se trata de “castigar” a un partido político por sus actuaciones. Cada cuatro años tienen la posibilidad de hacerlo y la experiencia dice que pueden disculpar alguna vez, pero que cuando las actuaciones y errores son reiterados deciden apearles de la responsabilidad de gobernar.


Esto es lo que ha ocurrido ayer con el tripartito catalán, pero sobre todo con Montilla y el Partido Socialista de Cataluña, el PSC, que ha sufrido la mayor derrota de la historia de las elecciones autonómicas catalanas. El PSC siempre ha tenido una base electoral muy sólida y ha sido contribuyente decisivo a las victorias del PSOE en España, tanto con Felipe González como con José Luis Rodriguez Zapatero.

¿Qué es entonces lo que ha ocurrido?, pues que sus votantes en líneas generales no están decididos a ser gobernados por un partido que ha tenido veleidades nacionalistas exacerbadas en función de un oportunismo lamentable y por seguidismo de sus socios del tripartito, sobre todo de ERC. ¿Se podían Vds. imaginar a un cordobés persiguiendo la rotulación en español de los comercios, y dejando la enseñanza del castellano a un nivel cuasi residual?.

Pero no solo ha sido Montilla y el PSC los únicos desalojados. Creo que Zapatero ha sido despojado de muchas ilusiones (de iluso) y a estas horas estará meditando sobre la decisión a tomar. Es hora de que piense en el bien de su partido y de España y comunique que no piensa volver a presentarse a ninguna elección más, aunque no solo debería quedarse ahí, sino dar la oportunidad a los españoles para que podamos ser gobernados a la mayor brevedad –antes del verano mejor que mejor- por alguien que se deje frivolidades e ilusiones de transformar el mundo y los mercados y, por encima de todo, que inspire confianza.

Ayer se lo han dicho los empresarios, “Vd. lo que tiene que hacer es gobernar y gobernar ya”. Puede que cuando analice el resultado de las elecciones en Cataluña se de cuenta que lo que él cree que son decisiones populares no lo son tanto, sobre todo si los ciudadanos no lo perciben como una necesidad, como no percibieron (y así se abstuvieron) lo de “apoyaré el Estatut que decida el Parlament”. Lo que quieren los españoles ahora es empezar a salir de la crisis económica aunque sea con decisiones impopulares, como aquella de los Pactos de la Moncloa de que los salarios no subieran por inflación pasada sino prevista, si ven en ellas una posibilidad de mejorar la situación. Veremos hoy cual es el mensaje de los mercados; por el bien de todos espero que nos den un respiro.

Y ahora queda por ver cuál es la posición de CiU, si claramente independentista o simplemente “chantajista” como es habitual en los partidos nacionalistas. Espero, como mal menor, que solo ocurra lo segundo, porque tiene que ser consciente de que las posibilidades reales de avanzar hacia la secesión son muy bajas, entre otras cosas porque formamos parte de la Unión Europea y porque los mercados, sí esos que ha descubierto Zapatero, se lo iban a castigar seriamente, y Cataluña goza de un entramado industrial y financiero privilegiado por su tamaño y competitividad y no va a arriesgarse a perderlo. Las grandes empresas son nacionalistas de donde esté el capital y los beneficios y de ningún otro sitio.

Es de suponer que ya se haya percatado que apoyar al PSOE en estos momentos no le va a dar ninguna ventaja, salvo que Zapatero de un cambio radical tras la jornada del sábado, y si es que Mas puede perdonar el engaño que el Presidente del Gobierno le hizo ante las anteriores elecciones con motivo de la negociación del Estatuto.

Y aunque, sin duda, Mas gobernará en solitario, el apoyo del Partido Popular puede serle muy útil en el Parlament, como CiU a Rajoy cuando gobierne..El gran resultado de Alicia Sánchez Camacho es el reflejo del sentido común que muchos queremos que vuelva a imperar en la vida pública, y esperemos que sea el primer gran paso de este partido para conseguir ser el recambio a Zapatero

Por todo ello, y por la necesidad que tiene de diferenciarse de Laporta y demás partidos manifiestamente independentistas creo, aunque posiblemente sea más un deseo que un convencimiento, que Artur Mas va a gobernar desde una posición pragmática que beneficiará a Cataluña y al resto de España, como la de aquellos antiguos viajantes, no solo del sector textil, que cuando explicaban las bondades de su producto en el resto de España decían, con marcado acento catalán, “escolti, que es español de Sabadell y de máxima calidad”

Pemeches Juspi
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