martes, 2 de noviembre de 2010

No es cierto que la peor cuña sea la de la misma madera

Los nuevos ministros van expresando sus opiniones y sus ideas. Primero en los medios de comunicación y luego lo harán en el Parlamento, donde deben enunciar cual va a ser el programa de gobierno del Ministerio que dirigen. Debería ser al revés y cuando haya un cambio de Gobierno se tendrían que habilitar, en caso de ser necesario, sesiones extraordinarias –al menos en el Congreso de los Diputados- de las correspondientes comisiones de control, para que desgranaran su programa y se estableciera un debate sobre el mismo con los representantes de la ciudadanía.
Porque, tal como ocurre últimamente, hasta puede dar la impresión de que lo que cuentan en los medios son una especie de globos sondas y una vez conocida la reacción, se establece el programa a llevar al Parlamento. Lo de hacerlo primero en los medios tiene, por otra parte, la ventaja de que nos enteremos la exquisita coordinación que, en muchos temas, existe en el Gobierno de España.
A propósito de la coordinación tenemos las declaraciones del nuevo Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que anunció la ayuda de los 400 euros y las de la Vicepresidenta Salgado corrigiéndole. El Sr. Gómez ha sido Secretario General de Empleo y asesor de varios Ministros y debería saber que no se pueden anunciar medidas de gasto –ni ahora, ni en épocas de bonanza- sin tener el correspondiente respaldo presupuestario, o, en su defecto, el compromiso y la aquiescencia del responsable de los “dineros”.
Pero lo grave no es eso, sino que en una entrevista publicada en el diario El Mundo el pasado domingo, dice que tiene que haber disponibilidad presupuestaria para ello. Y, como curándose en salud, expresa su disconformidad a bajar los impuestos.
Por supuesto que los parados precisan protección y esos 400 euros a muchos les son vitales. Pero lo que realmente necesitan los parados son puestos de trabajo, no subsidios, y el nuevo Ministro de Trabajo no habla de cómo crear empresas, y España no necesita que se creen  multinacionales, que también, sino PYMES. Y no habla de mecanismos para facilitar su creación, sino de subsidiar el paro. Le daré un margen de confianza, pero así será difícil que se convierta en un auténtico ministro de Trabajo, sino que seguirá siéndolo del “paro” como llamaban algunos a su antecesor. Los parados quieren trabajar, no estar subsidiados con una ayuda inferior al salario mínimo.
Y aunque en su entrevista no habla para nada de la creación de empresas, sí expresa que los Sindicatos no tiene el suficiente apoyo material, humano y de nuestras instituciones. No voy a comentar nada sobre subvenciones ni número de liberados que existen, únicamente les aconsejo que hagan una búsqueda en Google tecleando “ayudas a los sindicatos”. Y ahora que tanto valor se le da a la Memoria Histórica el Ministro Valeriano Gómez, debería meditar sobre los sindicatos por los que luchó y padeció cárcel Marcelino Camacho, y que no se dejó comer por la burocracia de los mismos. El sí que fue un ejemplo de luchador antifranquista
Tal vez por eso el Ministro no hable de ayudar a las PYMES, porque, por su escaso número de trabajadores, una buena parte de ellas, sobre todo las que crean trabajadores autónomos, no están obligadas a tener representación sindical en los lugares de trabajo. Y eso no debe interesarle a un economista con excelente formación y amplios conocimientos, pero sindicalista de corazón.
Por último, no quiero pensar que con esa denuncia de falta de apoyo a los sindicatos se esté refiriendo al recorte de subvenciones a los sindicatos de la administración pública regional que ha llevado a cabo el gobierno socialista del Principado de Asturias.
No, no es cierto que no haya peor cuña que la de la misma madera.
Pemeches Juspi
pemechesjuspi@gmail.com

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