Zapatero mantiene esperanzas

Empiezan a notarse movimientos en la izquierda abertzale y miembros más o menos cualificados y próximos al partido socialista se muestran esperanzados en que aquella pueda concurrir a las elecciones municipales. Incluso el lehendakari ha manifestado este fin de semana que reconoce que Batasuna va en la buena dirección pero pide hechos.


Si algo ha funcionado en España ha sido el pacto antiterrorista que en su momento firmó el Gobierno de Aznar con Zapatero cuando era líder de la oposición. Así como la Ley de Partidos, que facilitó el tomar la decisión de ilegalizar Batasuna y que ha sido ratificada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. No obstante, Zapatero estuvo a punto de cambiar las reglas del juego y mucho más, lo que le impidió el atentado de la T-4 del que estamos a punto de cumplir el cuarto aniversario.

Sin embargo, a pesar de asegurar por todos los medios tanto Zapatero como Rubalcaba que no se volvía a negociar con los terroristas, se continuó. Es curioso que todavía no haya aparecido nada en los papeles de Wikileaks sobre las ideas de nuestro gobierno relativas a la negociación con ETA, salvo las opiniones de Rubalcaba sobre De Juana Chaos, la visión “apocalíptica” del PP –¿palabras del embajador o de miembros del gobierno?- sobre ella y el convencimiento de que si se lograba el final de la banda Zapatero tendría mayoría absoluta en 2008. A mí sí me consta fehacientemente que en algún ministerio el día que se anunció la tregua se brindó con cava porque iban a estar mucho tiempo en el gobierno.

Y ahora, Zapatero en su “reaparición” en el viaje inaugural del AVE a Valencia ha recuperado optimismo y ha hecho un discurso bonito y apropiado para un presidente del Gobierno. El problema es que ya es muy tarde para creerle, porque ha cambiado constantemente de principios al estilo Groucho Marx. Hasta ha comentado el sábado la importancia de Valencia y Madrid, a pesar de no haber hecho casi nada por estas dos comunidades. Posiblemente debería haberse guardado en los folios del discurso preparado por su gabinete lo de que España es un país próspero y que atendemos a las demandas de los ciudadanos, porque lo segundo es cuando menos discutible y prosperidad teníamos, pero ahora andamos en serias dificultades. Y casi el 30% de la obra la ha pagado la Unión Europea, como ha recordado la Comisión. Esta vez no se ha callado como hizo cuando en Nueva York el leonés dijo aquello de que Sarkozy y Berlusconi estaban nerviosos con nuestra solidez y fortaleza financiera.

Pero lo preocupante es no saber si ese cambio de humor de Zapatero está relacionado con un posible comunicado de ETA, y las esperanzas que mantiene de continuar como Presidente del Gobierno. No es suficiente una actitud verificable de renuncia a la violencia. Hay que demostrar esa renuncia y entregar las armas y que la justicia sea impartida. No es el tiempo de otras cosas. El País Vasco ha mejorado muchísimo con el acuerdo PSOE-PP y espero, que al menos por una vez, Zapatero no haga gala de su frivolidad e irresponsabilidad solo palmeada ya por el entorno de Moncloa y pocos más. Desde luego no por los líderes socialistas que dependen del voto ciudadano.

La disolución de ETA es la entrega de todo su dispositivo logístico y no una “actitud” verificable por mediadores internacionales pagados con los fondos reservados. Las victimas del terrorismo, los vascos y los españoles en general ya no toleramos más actitudes oportunistas a las que se agarre Zapatero en busca de su salvación política. Así que si mantiene esperanzas en el posible comunicado de ETA, que verifique exhaustivamente lo que haya en el mismo antes de que entre en fase eufórica.

Pemeches Juspi
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